Día internacional de la diversidad biológica
La biodiversidad es fundamental para la agricultura porque provee bienes y servicios ecológicos que aseguran un manejo resiliente y sustentable de los agroecosistemas.
En la actualidad, tenemos acceso, en general, a una mayor variedad de alimentos del que tuvieron nuestras generaciones precedentes. Sin embargo, a pesar de que la oferta se ha vuelto mucho más diversa en muchos lugares del mundo, la dieta mundial en su conjunto, lo que la gente realmente come, se está homogeneizando y esto es algo peligroso.
Las celebraciones de este año en relación al Día Internacional de la Diversidad Biológica, se centran en la biodiversidad como la base de nuestra alimentación y salud, y como catalizador clave para transformar los sistemas alimentarios y mejorar la salud de los seres humanos. Temáticas que como Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales no nos son ajenas. Por ello institucionalmente compartimos lo pronunciado por Naciones Unidas en relación a esta temática, en donde se remarca que, el objetivo es impulsar el conocimiento y concienciar sobre la estrecha dependencia que los sistemas de producción de alimentos, la nutrición, y la salud tienen con la biodiversidad y los ecosistemas saludables. El tema también celebra la diversidad que ofrecen nuestros sistemas naturales para la existencia humana y el bienestar en la Tierra, al tiempo que contribuye al logro de otros Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como la mitigación y adaptación al cambio climático, la restauración de los ecosistemas, el agua limpia y el hambre cero, entre otros.
En los últimos 100 años, más del 90% de las variedades de cultivos han desaparecido de los campos de los agricultores. La mitad de las razas de muchos animales domésticos ya no existen, y las 17 principales zonas de pesca del mundo están siendo explotadas hasta sus límites sostenibles. La variedad local de los sistemas de producción de alimentos también corre el riesgo de desaparecer, incluidos los conocimientos de los pueblos indígenas o las comunidades locales que llevan consigo. Con este declive, la biodiversidad agrícola está desapareciendo, y con ella también el conocimiento vital de la medicina tradicional y los alimentos locales. Otra de las grandes preocupaciones es la pérdida de dietas diversificadas, que está directamente relacionada con enfermedades o factores de riesgo para la salud, como la diabetes, la obesidad y la desnutrición.
Por otro lado, se dialogó con integrantes del Laboratorio de Investigación de Sistemas Ecológicos y Ambientales (LISEA) y con docentes integrantes del curso de Agroecología. Quienes dieron cuenta de algunas reflexiones en relación a la biodiversidad:
La diversidad de seres vivos en los bosques, en los pastizales, en los ríos y lagunas, en los mares, en los cultivos y en las ciudades, hace posible el desarrollo de las sociedades humanas. La disponibilidad de los recursos animales, vegetales o de otros reinos, así como el funcionamiento de los sistemas que los producen, dependen del mantenimiento de la biodiversidad. La pérdida de biodiversidad, puede significar la pérdida de valiosos recursos, incluso aún no conocidos.
Recientemente, la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas, destacó la gravedad de la situación actual a nivel global en lo referente a la pérdida de especies. En ese informe se marcan como principales causas a la sobreexplotación de recursos terrestres y marinos, así como a los procesos derivados del cambio climático.
El uso excesivo de los recursos, y las formas ambiental y socialmente perjudiciales de extraerlos, se desarrollan en un mundo en el cual aumenta la desigualdad económica. El beneficio social del uso de los recursos está distribuido de manera desigual. Y los más perjudicados en esa distribución, en general, sufren más directamente los efectos negativos de la pérdida de biodiversidad y el deterioro ambiental.
Actualmente, muchas disciplinas aportan al conocimiento de formas de desarrollo más eficientes, y que resultan ambiental y socialmente convenientes. Es nuestro desafío y para las sociedades, llegar a implementarlas y alcanzar una distribución justa de los beneficios y costos que promuevan una mejora de la calidad ambiental y la biodiversidad.