

Agueda Piro (1936-2025)
Agueda Isabel Piro, la querida Aye para nosotros/as, nació en Tres Arroyos en el seno de una familia de profundo sentido social, cultural y militante. Estudio Licenciatura en Química en la Universidad Nacional de La Plata y allí conoció a quien sería su esposo un estudiante de Veterinaria, peruano de origen. Tuvo 4 hijos, Paula, Diego, Mauro y Darío.
En la época de la dictadura militar tuvo que emigrar a Perú con su familia, donde permaneció varios años trabajando como docente.
A su regreso comenzó sus tareas en la Cátedra de Física de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la Universidad Nacional de La Plata y en un terciario en Bernal.
Siendo prima de la madre de un desaparecido de la dictadura, Daniel Omar Favero, estaba profundamente sensibilizada por las víctimas. Fue así que decidió formar parte de la APDH, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, organización argentina dedicada a la defensa y promoción de los DDHH creada en 1975.
En este marco empezó a vincularse con familiares de compañeros/as desaparecidos/as, amigos y víctimas del terrorismo de estado, particularmente de esta facultad. Juntos decidieron formar una comisión en el año 1996 para recabar información sobre las víctimas institucionales y ayudar a las familias en el esclarecimiento del destino de sus allegados.
La Comisión de Memoria, Recuerdo y Compromiso se reunió por primera vez para conmemorar los 20 años del golpe cívico militar eclesiástico.
El Consejo Académico de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales con fecha 26 de marzo de 1996 y por unanimidad reconoció institucionalmente a esta Comisión, invitando a participar a toda la comunidad institucional.
Fue nuestra querida Aye el motor de esa comisión durante casi 30 años. Sus iniciativas fueron múltiples. Al principio documentando las denuncias de familiares o allegados para construir un listado de las víctimas institucionales. Siempre apostó a la construcción colectiva, invitando a la participación, aun de aquellos con quienes tenía desacuerdos, promoviendo una Comisión abierta, plural, amplia e independiente. Ese también fue su legado.
En ese marco promovió la realización de múltiples actividades siempre en pos de la memoria, la verdad y la justicia. Entre esas múltiples actividades, sólo para nombrar algunas, Aye participó del diseño del proyecto colectivo “Jardín de la Memoria” entre Agrarias y Veterinaria, la preservación de documentación usada en juicios por delitos de lesa humanidad, entrega de Legajos reparados a los familiares de estudiantes y graduados/as de esta facultad, en el marco del Programa de Reparación de Legajos, donde la UNLP les reconoce la verdadera condición de víctimas del terrorismo de Estado, la designación de espacios de la FCAyF con el nombre de víctimas institucionales, participación en talleres para intervenciones artísticas, etc etc
Pero su sensibilidad social fue mucho más allá. Llevó las banderas de cuanta lucha creyó justa. Escuchamos el relato de gente que viajaba con ella en el tren diariamente durante años hasta Bernal para acceder a su trabajo. Todos esos años recorrió el tren buscando firmas para pedir un valor accesible del boleto, mejor frecuencia y calidad del servicio, coordinando el grupo autodenominado “Sufridos usuarios del tren exRoca SUER” que interpelaba a las autoridades del momento.
Juntó incansablemente ropa, remedios y cuanta cosa creía útil para enviar a los hermanos cubanos, víctimas del bloqueo. Tal fue su tarea que en ocasión de viajar a Cuba fue recibida con honores.
Este 25 de junio Aye se fue físicamente, pero su temple, su vocación, su iniciativa para abordar causas justas, su capacidad militante, su energía para convocar a familiares, otros docentes, no docentes y estudiantes a sumarse a esas luchas, sus convicciones firmes transmitidas con respeto y amor al prójimo, siempre estarán con nosotros/as y serán nuestro faro.
Una alumna nos hizo llegar sus palabras “Agueda dejará una gran huella no sólo en quienes pudieron compartir la vida y la lucha junto a ella, si no también en las nuevas generaciones, como la mía, que guardaremos en nuestra memoria su legado”. Esa frase define exactamente y da sentido a su lucha incansable.
Hoy te quedaste para siempre a nuestro lado para no dejarnos bajar los brazos,
para que busquemos nuevos caminos,
para susurrarnos al oído,
para insistir fuertemente,
para guiarnos pícaramente en la lucha por la MEMORIA, LA VERDAD Y LA JUSTICIA.
Hasta siempre querida Aye, cada vez que la comisión se reúna estarás allí iluminando nuestras decisiones.
El velorio será el 26 de junio de 13-16 hs en calle 2 (41 y 42)