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Taller de lanzamiento: Experiencia piloto en tomate

Adiós a los “cuellos de botella”: En La Plata se lanza una experiencia piloto que promete potenciar el tomate con bioinsumos y alianzas estratégicas.

Con el objetivo de llevar los bioinsumos del laboratorio al campo, el INTA y UNLP, con apoyo internacional, presentaron un ambicioso proyecto piloto de tomate en La Plata. Esta iniciativa multisectorial busca validar tecnologías sostenibles, optimizar la producción. Un emotivo homenaje a la visión del Ing. Agr. Cosme Argerich.

En un evento que busca ser una bisagra para la horticultura platense, con más de 50 participantes ,se llevó a cabo un Taller para presentar una futura experiencia piloto en el cultivo de tomate. La jornada, que tuvo lugar el 30 de junio en la Estación Experimental Julio Hirschhorn de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), evidenció una fuerte voluntad de integración entre el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la mencionada Facultad, con una destacada participación de las asignaturas de Climatología y de Horticultura.

La coorganización del evento por parte del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) refleja el carácter internacional de la iniciativa, la cual se inscribe en los esfuerzos de cooperación llevados a cabo a través de la Plataforma Hemisférica de Bioinsumos. Este marco de colaboración busca generar conocimiento y validar tecnologías sostenibles a nivel continental.

La apertura del taller estuvo a cargo de la Dra. Susana Martínez, cuyas palabras iniciales marcaron el tono del encuentro. En un emotivo discurso, la Dra. Martínez rindió un sentido homenaje al Ingeniero Cosme Argerich, recientemente fallecido en un accidente automovilístico. Se recordó al Ing. Argerich como un gran impulsor de la iniciativa y se destacó su valioso trabajo en el área de bioinsumos para la horticultura moderna. 

Uno de los puntos más relevantes del discurso de la Dra. Martínez fue la clara intención de emular el exitoso modelo “Tomate 2000” de Mendoza. Este programa, reconocido por su capacidad de integrar a todos los actores del sector, es visto como un ejemplo a seguir para impulsar un nuevo desarrollo en la horticultura de La Plata. El objetivo, según se explicó, es lograr una mayor competitividad y aplicar tecnología de punta para optimizar la producción de tomate en la región.

Este taller no solo sirvió como plataforma para la presentación de un proyecto innovador, sino que también reafirmó el compromiso de dos instituciones clave como el INTA y la UNLP para trabajar en conjunto por el futuro del sector hortícola. La colaboración con las asignaturas que forman parte del Proyecto Ecofisiología de los Cultivos Protegidos, será fundamental para el éxito de esta experiencia piloto que promete traer avances significativos para los productores de tomate de la zona.

Posteriormente, el Dr Andrés Polack presentó los detalles de la propuesta. Polack enunció los problemas que motivan la realización de esta experiencia: a pesar de contar con un sólido sistema de investigación en la temática, muchos bioinsumos no logran superar las etapas intermedias de desarrollo para llegar al mercado. Una de las causas identificadas es la falta de información documentada sobre el beneficio de integrar bioinsumos en la producción. La experiencia piloto en tomate busca, precisamente validar esa integración de tecnología a partir de su seguimiento y medición de variables y resultados relevantes

La propuesta de trabajo es el resultado de la articulación entre el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), con un rol protagónico de las asignaturas y el Laboratorio de Bioclima Vegetal (LIVIOB). Esta colaboración se ve fortalecida por el apoyo de un nutrido grupo de organizaciones claves del sector productivo y profesional, entre las que se destacan las Asociaciones de Productores Hortícolas de F.Varela y Berazategui  (APHOVABE) y de La Plata, la Cámara de Agroindustrias y Comercios de la Provincia de Buenos Aires (CALPO), el Colegio de Ingenieros Agrónomos y Forestales de la Provincia de Buenos Aires (CIAFBA), la Cámara Argentina de Bioinsumos (CABIO) y el Consejo Consultivo para el Desarrollo Regional de La Plata. Este apoyo y acompañamiento será clave para garantizar el éxito de la experiencia y también evidencia el interés y la necesidad de una transformación tecnológica en el cinturón hortícola, remarcaron lo organizadores.

El Gran Desafío: ¿Por Qué se Frena el Desarrollo de Bioinsumos?

El núcleo de la discusión giró en torno a una pregunta fundamental: ¿Qué impide que los bioinsumos lleguen masivamente al mercado y sean adoptados por los productores?

 A partir de análisis previos, como los comentados en los dos Foros Panamericanos de Bioinsumos, se identificaron varios “cuellos de botella”:

Falta de Articulación Público-Privada: Se señaló la necesidad de crear un ecosistema de innovación robusto que conecte eficazmente a los centros de investigación con las empresas y los productores

Estandarización y Calidad: Un problema crítico es la falta de estándares que garanticen la calidad y eficacia de los bioinsumos. Los productores necesitan tener la certeza de que el producto que compran funcionará como se espera.

Marcos Regulatorios: Se debatió sobre la necesidad de simplificar y agilizar las normativas para el registro de bioinsumos, que actualmente son un obstáculo importante.

“El Valle de la Muerte” Tecnológico: Un relevamiento presentado mostró que la mayoría de los desarrollos de bioinsumos se estancan en fases intermedias de investigación (niveles de madurez tecnológica) y, proporcionalmente, muy pocos logran escalar hacia la comercialización y adopción. La integración de actores en la experiencia piloto busca, precisamente, crear puentes para cruzar este “valle”.

La Experiencia Piloto en Tomate:

La propuesta central del taller es una experiencia piloto diseñada para abordar los problemas mencionados. Sus puntos clave son:

Protocolo para el manejo integrado del cultivo: se busca integrar la tecnología disponible generando complementación y sinergias entre los procesos como el control biológico, el ciclado de nutrientes y los aspectos ecofisiológicos que regulan el estrés, entre los más relevantes.

Resultados promisorio: Se destacó el valor de las experiencias previas como el uso de enemigos naturales para el control de plagas y los efectos positivos de uso de  bioinsumos y nanopartículas de potasio y calcio para mitigar el efecto del estrés a pesar de haber enfrentado condiciones ambientales extremas.

Sistema de diagnóstico para la toma de decisiones: Se remarcó como clave la importancia de contar con métodos y herramientas para el permanente monitoreo del cultivo. “Si no el productor navega a ciegas”, señaló Polack.

Este taller no fue solo una presentación, sino la formalización de un compromiso colectivo. La unión del sector científico-tecnológico, los productores profesionales asesores, las empresas asociadas y las instituciones públicas y privadas, tanto a nivel nacional como internacional, sienta las bases para un nuevo capítulo en la historia de la horticultura de La Plata, con la promesa de una producción más sostenible, tecnológica y competitiva.